Para prevenir la violencia en los planteles escolares es necesario un trabajo conjunto basado en la prevención, erradicación, rehabilitación y acompañamiento, señaló la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).

La presidenta del organismo, Consuelo Mendoza García, expuso que esta problemática va más allá del aspecto educativo, pues se requiere la acción de todo el Sistema Integral de Protección a la Infancia y Adolescencia, de las procuradurías, del Sector Salud y de la participación activa de los padres de familias.

Planteó el reforzamiento de los trabajos de los centros locales de atención a la violencia, la construcción de espacios de reconstrucción de la unidad familiar; prevención y rehabilitación de generadores y receptores de violencia, y vigilancia del cumplimiento de la ley.

Respecto a la violencia en el sistema educativo, subrayó la importancia de revisar y corregir las deficiencias del Programa Escuela Segura, involucrar a los padres de familia en la seguridad escolar, con la prevención y la contención, y contar con diagnóstico adecuado de la violencia en los planteles.

También, abundó, se debe capacitar a los docentes para que junto con los padres de familia puedan detectar, canalizar y educar a estudiantes que requieran atención a problemas de salud mental y emocional.

Lo anterior, además de ampliar la atención a todas las escuelas de educación básica y media superior del país, así como revisar la complementariedad con otros programas y otras secretarías, anotó.

Mendoza García dijo que también es necesario un esquema transexenal, involucrar a toda la comunidad escolar, prestar atención a lo que dicen los niños para comprender sus preocupaciones y circunstancias.

Igualmente, aseveró, es importante suministrar a los cuidadores de niños los conocimientos y aptitudes que necesitan para que también puedan brindarles protección, y armonizar la legislación y normatividad educativa con la Ley General de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.

Además, incorporar la educación para la paz y la convivencia como objetivo transversal del Nuevo Modelo Educativo y rescatar la formación en valores cívicos y éticos, que incluyen la violencia sistémica y criminal, y la salud mental.

Recordó que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (por su siglas en inglés) sugiere seis estrategias que deben de acompañar a cada uno de estos niveles de actuación, e incluyen el dar apoyo a los padres y madres, los cuidadores y a sus familias.

Además, ayudar a los niños y adolescentes a hacer frente a los riesgos y desafíos; modificar las actitudes y normas sociales que fomentan la violencia y la discriminación; promover y prestar apoyo a los servicios para los niños; aplicar leyes y políticas que protejan a los niños y realizar tareas de obtención de datos e investigación.

“Estos puntos deben ser parte del Nuevo Modelo Educativo para erradicar la violencia en cualquiera de sus facetas dentro y fuera de los planteles escolares, una cultura de la paz debe ser parte del eje rector con el que se eduquen los alumnos mexicanos”, puntualizó Consuelo Mendoza.